Arte de fin de siglo

Diccionario gráfico de términos que se emplearon durante el noveno curso de la licenciatura en diseño grafico y comunicación visual de la UAM Xochimilco.

viernes, junio 30, 2006

El amor del colibrí


Manuel Ocaranza
(1841-1882)

El amor del colibrí, ca. 1869
Óleo sobre tela


La obra mide aproximadamente 1.2 metros de altura por 80 centímetros de ancho.

Esta obra muestra a una mujer joven con los brazos cruzados que esta parada en una posición de tres cuartos hacia el lado izquierdo en una ventana observando a un colibrí que chupa una flor.

La joven mide aproximadamente 90 centímetros, esta al centro de la obra levemente cargada hacia la derecha. Su rostro se encuentra inclinado hacia el frente aproximadamente a 70 grados igual que su mirada. Su cabello es oscuro y lo tiene recogido con un resorte rojo que se ve por encima de su cabeza y unos prendedores del mismo color y bordes plateados, su peinado le dibuja una división de cabello en el centro de la frente alta y deja caer dos rizos a los hombros, de su lóbulo izquierdo cae un arete redondeado de color rojizo, su tez es clara con las mejillas rojizas, tiene los labios cerrados, pintados de rojo claro, su nariz es recta, puntiaguda y fina, sus mejillas son prominentes al igual que su mentón, sus ojos son de color negro y sus cejas son pequeñas, rectas y poco pobladas. En su cuello lleva colgando una imagen de oro en forma de elipse. Esta ataviada con un vestido blanco de tul con las mangas y los hombros translucidos, en la cintura utiliza un cinturón rojo con la hebilla dorada, por la parte trasera el cinturón tiene una terminación con forma de moño.

Sus mano derecha tiene entre los dedos un papel doblado de color azul cielo, esta en su pecho izquierdo cruzando por debajo de la mano izquierda y su mano derecha esta en su hombro derecho cruzando la muñeca por encima de la izquierda.

Frente a ella hay una silla neoclásica de madera oscura recubierta con una tela crema con flores azul agua y verde claro, sobre el respaldo de la silla se encuentra un manto verde ocre que cuelga hacia ambos lados.

La ventana tiene un marco sin remate de piedra adornado con dos biseles anchos y en medio pequeños círculos en alto relieve, detrás de la mujer hay una ventana de madera que es 15 centímetros más alta, verde puro con rendijas horizontales inclinadas.

Frente a la silla, sobre el marco de la ventana hay una vasija color rojo quemado con la boca más ancha que la base, sobre ella hay un libro abierto boca abajo, con las portadas cubiertas de color azul oscuro y el titulo en letras doradas, debajo de el libro hay una tela bordada de color blanco que sale de la vasija y cae en el marco de la ventana.

Del lado izquierdo de la vasija sobre el marco de la ventana, hay un jarrón de 30 centímetros de alto, tiene un dibujo de flores rojas con verde y botones azules con el remate superior azul con dorado, en la base tiene una franja dorada levemente desgastada. El jarrón tiene una flor blanca con el tallo largo de 35 centímetros, en el tallo tiene espinas verdes y de la boca de el jarrón salen hojas de el mismo tono con las puntas amarillentas, la flor blanca tiene cinco pétalos y el centro amarillo, por encima de esta flor y de el lado izquierda hay un colibrí oscuro de 8 centímetros de alto aproximadamente.

La cortina es roja de una textura rugosa y es abatida por detrás de la mujer y de la ventana rozando la silla y el vestido de la joven.

De el lado izquierdo, por fuera de el marco de la ventana se extiende una enredadera de hojas verde fuerte y cerca de la esquina inferior izquierda hay un dos flores de 5 centímetros de diámetro cada una, de color rojo y violeta, debajo del marco de el lado derecho pegada al centro hay una planta de 25 centímetros de alto que asoma sus 7 botones rosas de flor.

En el fondo de la obra detrás de la flor blanca se alcanza a distinguir una pared con un espejo rectangular con el marco café que esta recibiendo un fuete destello de luz y una repisa larga por debajo es este.

La luz llega de un punto a lo alto del lado izquierdo y pega de frete al colibrí y a la joven alumbrándolos por completo y generando un brillo en la silla, a la que también da un reflejo con un tono rojo la cortina.

El grado de detalle en los trazos de esta obra es muy amplio, ya que se puede notar muy bien la textura de los diferentes materiales que el autor quiso emular, así como la textura de las telas e incluso el fondo y las venas y comisuras de la piel.